La tecnología RFID está teniendo una gran aceptación y uso en prácticamente todos los sectores. Uno de los campos en los que se busca implementarse es en el automovilístico y ya son varios países que están añadiendo estos sistemas de identificación por radiofrecuencia para obtener información de los vehículos como también de los usos que se les da. Si quieres saber qué tecnología RFID es la más utilizada y sus usos, te vamos a dar todas las claves para que las conozcas de primera mano.
Tecnología RFID para vehículos
Para aquellos que no están relacionados con la tecnología RFID, queremos explicar de manera resumida en qué consiste y de esta manera, conocer más adelante los posibles usos que tiene para los automóviles. Cuando hablamos de RFID nos queremos referir a un sistema de identificación por radiofrecuencia, estos sistemas tienen dos componentes importantes, por un lado una etiqueta que cuenta con esta cualidad y un lector RFID que lo que consigue es captar por señales la información que la etiqueta nos está dando para que podamos leer toda la información que nos facilita.
Uno de los sectores que más está utilizando estas etiquetas RFID son las fábricas, aunque cada vez se está llevando más a otros campos, como por ejemplo las tiendas o comercios que consiguen tener a mano toda la información sobre las prendas de vestir o productos que venden, ayudando también a saber el inventario exacto que tienes en el almacén, haciendo que sea útil para ahorrar tiempo y esfuerzo en conocer qué productos debes de pedir para reponer. Pero ¿en qué puede ayudarnos en el sector del automóvil?
Usos de la tecnología RFID para vehículos
Uno de los usos a los que puedes acceder con este tipo de etiquetas para coches está muy relacionado con el pago desde los coches. Tan solo tienes que imaginar lo ideal que sería poder entrar en un parking o incluso pasar por el peaje de una autopista sin necesidad de sacar medio cuerpo por la ventanilla para pasar la tarjeta por la ranura, sino que tan solo con tener el coche cerca del lugar de pago, el parking detecta y consigue leer la etiqueta RFID la cual tiene información necesaria para realizar dicho pago. Con esto conseguiremos que el pago se realice mucho más rápido, eliminando las insufribles colas que suelen generarse en los peajes o incluso en parkings, evitando que pases por este mal trago.
Otro de los posibles usos de la tecnología RFID es el pago de la gasolina cuando te encuentras en una gasolinera. Esto puede ser perfecto para aquellas personas que no quieren acercarse a pagar a ventanilla, sino que simplemente, seleccionas el importe en el panel, lo aceptas y la propia máquina realiza el cobro y activa la función de que te eches la gasolina. Esto es una gran ventaja tanto para el usuario que ve que se trata de un modo mucho más cómodo de echar gasolina, pero también de la gasolinera, puesto que es imposible que se vaya nadie sin pagar.
Pero esto no es todo, ya que también tiene otros usos que pueden ser perfectos para que la ley se cumpla en la carretera, consiguiendo por otro lado que sea más efectiva la normativa de circulación en carreteras. Las etiquetas RFID pueden hacer que se detecte si el vehículo está respetando la velocidad permitida y que, al pasar por un sector de la vía se lea dicha velocidad haciendo que la información sea enviada directamente a las autoridades o incluso que sea posible multar al instante a dicha persona que conduce indebidamente. Aunque es un uso que puede no gustar a ciertos conductores, principalmente a los que le gusta apretar el acelerador, es una medida más que recomendada para evitar accidentes por exceso de velocidad.
Otro de los usos del que podríamos beneficiarnos, en el caso de ser compradores de coches de segunda mano, es conocer realmente la cantidad de kilómetros que ha tenido el coche, como también los pasos por el taller. Todos sabemos que el kilometraje de un vehículo puede ser modificado por manos expertas, consiguiendo dar gato por liebre a un posible comprador, esto, a pesar de ser ilegal, se realiza en muchos talleres clandestinos y que consiguen que el coche se venda mucho antes. Si se tiene una etiqueta RFID de fábrica en el coche, se puede detectar cualquier paso por talleres o incluso saber con una sencilla lectura los kilómetros que ha tenido o sus reparaciones, consiguiendo que el comprador sepa a ciencia cierta a qué está accediendo.